(EPICURO, Carta a Heródoto, capítulo 135 del libro X de las Vidas de los filósofos de Diógenes Laercio)
Un oasis virtual en medio del desierto real: "Retirado en la paz de estos desiertos, con pocos, pero doctos libros juntos, vivo en conversación con los difuntos y escucho con mis ojos a los muertos." (Quevedo)
“Ricardo es un amigo, es un amigo creativo que le gusta la pornografía. El nombre del grupo es el contrapunto al lema "Patria o muerte", es una oda al placer, es la defensa del individuo frente a los que quieren convertirnos en nada más que masa, en una masa que vive en la miseria. Lo más democrático del régimen es que reparte muy bien la miseria.”
“Se cuenta que en Smolny, en la misma noche del 25 al 26 de octubre [del 7 al 8 de noviembre según el calendario actual, es decir, la noche siguiente a la Revolución en la que los bolcheviques toman el Palacio de Invierno], surgió una discusión sobre si uno de los primeros decretos no habría de ser la abolición de la pena de muerte por siempre jamás. Lenin ridiculizó entonces el idealismo utópico de sus camaradas, pues sabía que sin pena de muerte sería imposible dar un solo paso hacia una nueva sociedad. Sin embargo, como formaba un gobierno de coalición con los socialistas revolucionarios, hubo de ceder ante sus erróneas concepciones y, a partir del 28 de octubre de 1917, la pena de muerte quedó, por fin, abolida. (…) A principios de 1918, Trotski ordenó que se juzgara a Alexéi Schastni, recién promocionado a almirante, por haberse negado a hundir la flota del Báltico. El presidente del Tribunal Revolucionario Supremo, Karklin, sentenció rápidamente en su imperfecto ruso: “fusilar en 24 horas”. Agitación en la sala: “¡La pena de muerte está abolida!”. Pero precisó el acusador Krylenko: “¿De qué os inquietáis? Pues claro que está abolida la pena de muerte. A Schastni no le vamos a aplicar la pena de muerte, lo vamos a fusilar”. Y lo fusilaron.”
Cabe recordar que el término fascismo no podía generar el rechazo que hoy genera antes de que se identificara con un campo ideológico específico y con una práctica política determinada, desarrollada históricamente. Por este motivo hoy se evita esta denominación (y otras) pero se conservan las que no despiertan esa aversión o las que no están aún vinculadas a fenómenos históricos derrotados en el ámbito de la retórica y la ideología.