“Para decirlo en una palabra, aquéllos [Solón y Clístenes] habían determinado que el pueblo, como un tirano, debía establecer los cargos públicos, castigar a los infractores y resolver las disputas, y que los que fueran capaces de mandar y hubieran adquirido unos medios de vida suficientes, se ocuparan de los asuntos públicos como si fueran sus servidores y que, si llegaban a ser justos, fueran aplaudidos y se conformaran con este honor. Además, que no alcanzaran disculpa alguna caso de gobernar mal, sino que cayeran en las mayores penas. Por eso ¿cómo se podría encontrar una democracia más firme o más justa que la que ponía a los más capacitados al frente de los asuntos y hacía al pueblo señor de ellos?”
(ISÓCRATES, Areopagítico, 21-28)
1 comentario:
Interesante Blog, algo de más repercusión tendría si hiciera honor al título, el jardín de Epícuro gran filósofo defenestrado y malentendido por la gente. Muchos piensan que Epícuro promulgaba el desenfreno y el buscar el placer continuo, algo falso ya que no han profundizado en su obra, por cierto escasa, se cree que fueron destruídos sus libros porque molestaban sus ideas, ya que la mayoría de sus obras desaparecieron.
Saludos de Sigloxxi
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