martes, mayo 30, 2006

La Conspiracion de la Conspiración

El legado póstumo del gran Will Eisner (el autor de Spirit) es una novela gráfica acerca del verdadero origen de Los Protocolos de los Sabios de Sión, un embuste antijudío publicitado como documento auténtico en el que el éxito editorial desde su origen (1905) se halla en exacta proporción directa con su naturaleza ficticia y plagiaria. A uno le recuerda cierto fenómeno de masas actual...
Pero es que suele ocurrir que el grado de creencia tributado a algo vaya en relación con el grado de mentira que contenga: A más falsedad mayor capacidad de convicción. Como todos ustedes saben, la enseñanza socrática reside en que el conocimiento genera incertidumbre, mientras que la ignorancia es fuente de certezas... O como afirma con su rigor implacable Spinoza: "Nada de lo que tiene de positivo una idea falsa es suprimido por la presencia de lo verdadero, en cuanto verdadero. (...) Por tanto, las imaginaciones no se desvanecen ante la presencia de lo verdadero, en cuanto verdadero, sino porque se presentan otras imaginaciones más fuertes, que excluyen la existencia presente de las cosas que imaginamos." De ahí su fuerza, de ahí su poder. Como afirma el propio Eisner al comienzo de su obra: "Cuando a un grupo de gente se le enseña a odiar a otro, se inventa una mentira para exacerbar el odio y justificar la conspiración. Se trata de un objetivo fácil, porque el enemigo siempre es el otro." Una de las virtudes de la obra es, a mi juicio, precisamente, esa insistencia hasta las últimas páginas en que el hecho de que se haya demostrado completamente la falsedad de dicho documento (en el que los judíos, ¿cómo no?, conspiran para dominar el mundo, lo que, sin ir más lejos, no explica la suerte que han padecido a lo largo de la Historia) no atenúa un solo átomo la convicción que el texto genera, incluso hoy día. Naturalmente, un prejuicio no se rebate con datos ni con argumentaciones. El fanatico utiliza los datos y las argumentaciones que precisa y como las precisa para justificar su fobia, y no a la inversa...

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