No hay nada más revolucionario que la inteligencia, nada más liberador que la razón, nada más rebelde que la sintaxis. El lenguaje dominante, sin embargo, es un conglomerado caótico y feo de máscaras solemnes que impiden su paso, por mucho que se muestre (o, precisamente por ello) "revolucionario", "liberador", "rebelde".
Un oasis virtual en medio del desierto real: "Retirado en la paz de estos desiertos, con pocos, pero doctos libros juntos, vivo en conversación con los difuntos y escucho con mis ojos a los muertos." (Quevedo)
jueves, agosto 03, 2006
Lejos del mundo, lejos de la politica
No hay nada más revolucionario que la inteligencia, nada más liberador que la razón, nada más rebelde que la sintaxis. El lenguaje dominante, sin embargo, es un conglomerado caótico y feo de máscaras solemnes que impiden su paso, por mucho que se muestre (o, precisamente por ello) "revolucionario", "liberador", "rebelde".
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