jueves, abril 27, 2006

V de Vendetta o el poder sutil

El poder totalitario (todo poder es tendencial e inercialmente totalitario) es lo suficientemente flexible como para adaptarse a las conciencias de los súbditos. El poder, para sobrevivir y propagarse, se vuelve sutil en su retórica, en su imagen, en su máscara. Uno de los principales defectos de esta interesante película (V de Vendetta) es que nos muestra la cara más explícita y grosera (anacrónica, en este sentido) del poder. Hoy, el poder adquiere la cara que más eficaz le resultará para sus objetivos: la del presidente amable y sonriente, la de la presidenta mujer y hecha a sí misma, la del individuo salido de los estratos más humildes o marginados (e incluso, analfabetos) de la sociedad... De este modo, los ciudadanos siguen siendo los súbditos de siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando Alan Moore publicaba la novela gráfica Margaret Thatcher accedía al gobierno y está claramente influenciado por ello.
Hoy en el 2006, la situación no ha cambiado en exceso salvo que la izquierda que criticaba al partido conservador es ahora el criticado.
Interesante película,a pesar de algunos pasajes como lo del Corán y lo mal dirigida en bastantes partes.